miércoles, 8 de diciembre de 2010

COMPAÑEROS DEL CUARTO SEMESTRE TURNO TARDE DERECHO UNA

No preguntes que puede hacer tu pueblo por ti, pregunta que puedes hacer tú por tu pueblo …. John F. Kenedy.
Definitivamente las acertadas palabras de uno de los más célebres estadistas del ultimo siglo puede traernos a la mente situaciones de manejo de grupos humanos que se han manifestado a lo largo de la historia; claramente visible la fluctuación política de los Estados Unidos que llevó a la muerte en la década del 60 al presidente democrácticamente electo más popular de la historia.
Como bien sabemos toda relación de interferencia humana conlleva consigo una amplia gama de situaciones que deben ser tratadas en base al esfuerzo mutuo, el respeto y el liderazgo de personas designadas y capacitadas para tal efecto, afIrmando tal principio no como una relación de escalfonamiento social o gradación utilitaria sino como el conjunto de aspectos y espectativas que son depositadas en un líder el cual constituirá del servicio y la cooperación su único fin.
Lastimosamente la diferencia entre la realidad material por delante del espejo del ideal formal es tan abismal que nos encontramos arraigados a una cultura de liderazgo prostituido y deficiente. No hemos superado el inmoral argumento maquiavélico del parecer antes que el ser. Seguimos condiserando al poder como implícito de la fuerza y entregamos el alma a quien sea por unos segundos de omnipotencia; que bien dichos no pasan de ser falaces ideas delirantes de grandeza.
Es por ello que sin mediar palabras en nuestra rica nación hemos experimentado tanto tipo de gobiernos, cambiando de colores, ideologías o cortes políticos mas la anhelada tierra prometida del bien común se encuentra más lejana y más abstracta que la famosa aventura mosaica.
Afortunadamente en toda historia, en toda mitología, la esperanza es lo último que se pierde y remitiéndonos al mito griego de la Caja de Pandora, aunque hayamos sido capaces de liberar todos los males del universo, la esperanza por más falaz que fuera, siempre nos mantedría en el vilo de la ilusión pues el mundo habrá cambiado cuando volvamos a ver el amanecer con ojos distintos y decidamos que lo único necesario para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada.
Por todo esto y remitiéndome a un ámbito más íntimo al cual se profiere este escrito, he decidido explayarme sobre algunos aspectos principales del cuarto semestre turno tarde de la FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN.
A primera vista, y por experiencia propia, un conglomerado humano que supera en número a su propia funcionalidad. Considero esto, teniendo en cuenta que a pesar que todos nos encontramos en una mismo camino que nos llevará a un anhelado sueño de la profesión, las políticas de integración social y actitudinal han sido casi insuficientes o nulas, llevando a situaciones extremas como los enfrentamientos en épocas electivas y los distintos problemas que se han suscitado a lo largo del presente año del cual me jacto experiencia, y afectan directamente no sólo al caudal potencial del grupo sino al efecto directo que pudiera tener sobre el desarrollo académico de los estudiantes.
Taxatívamente puedo afirmar que hemos sido producto de injusticias y vejámenes de los cuales provistas unas alternativas de solución la hubiesemos resuelto, pero lastimosamente hemos fracasado en el más sencillo aspecto de desarrollo de entendimiento social. Hemos fracasado como grupo porque no supimos darnos cuenta de que cada día compartíamos el mismo sueño, cada uno con la intensidad que prefiera, pero el fin y el futuro era el mismo. Hemos callado cuando debimos haber hablado y ya no nos queda más que poner un alto y tratar de no continuar en el mismo trayecto pues como bien lo grafica un antiguo proverbio chino, “Si no cambiamos el camino por el cual íbamos, terminaremos llegando a donde nos dirigíamos”.
Dejemos de lado cualquier adversión política o de cualquier índole, pues el mesianismo que nos han vendido es la más absurda treta de incapacidad. Trabajemos todos juntos por un nuevo año en el cual hombro a hombro habremos de recoger nuestros logros y errores, construyendo día a día la mentalidad de un nuevo presente, tratando de vencer la corrupta cultura judicial que nos inmiscuye en esta bendita carrera la cual tanto amamos, pues sabemos que el Derecho es la actividad más humana posible.
No quisiera imponer una receta de vida, pero olvidemos todo y empecemos de nuevo. Puede que yo también esté equivocado, pero al menos lo habremos intentado y las fuerzas por un futuro mejor no habrán muerto en vano pues si así fueran habremos muerto con ellas.

WILFRIDO ADRIÁN CÁCERES FLORES